martes, 11 de octubre de 2016

Os advierto: Voy a ser real en lo que escribo... si prefieres ver las fotos de niños guapos, podéis saltar hasta el final del texto! jeje ;)

No he escrito un blog en muchísimo tiempo. Eso se debe principalmente al hecho de que hay tantas cosas pasando por aquí, dentro del ministerio y con nuestra familia, que sinceramente nos cuesta estar al día con las cosas diarias, ni digamos encontrar tiempo de escribir aquí. (pero si a alguien le apetece sacar a la luz nuestras reflexiones sobre la vida aquí en una entrada, ¡bienvenido sea!) :D

Regresemos unos días. Estabamos esperando noticias de la Embajada de España acerca de los pasaportes de Ikey y Noah, para poder planificar nuestro primer viaje a "casa" (Inglaterra y España) en casi dos años. Así que finalmente, después de varios viajes de 14 horas de ida y vuelta en un coche con 3 menores de 4 años para hacer el papeleo, y 2 meses esperando, recibimos la noticia - ¡¡que nuestros pasaportes están en la Embajada!! Eso quería decir que por fin pudimos comprar vuelos para ese mes de visita con familia y amigos queridos. ¡Qué alegría!

Una busqueda rápida en Skyscanner nos aseguró que incluso podríamos ir tan pronto cómo el fin de octubre. El viaje en otoño que tanto anhelábamos empezaba a ser una realidad. Sí, sería una locura planificar un viaje tan rápido... ¿¡pero qué viaje con tantos peques no iba a ser una locura?! ¡Compremos los boletos!

En seguida llega esa sensación incómoda que nos hace revisar la fecha de caducidad del pasaporte de Joshua. Solo para confirmar lo que sabíamos, el pasaporte no se caducaba todavía, ¿verdad?

Incorrecto.
Fecha de caducidad noviembre 2016.

Pero, ¿y cómo podíamos ser tan tontos en no ver eso? ¡Qué desorganizados! Qué vergüenza...

Mi marido me recuerda que sí, lo habíamos visto hace tiempo, pero no era un problema porque pensábamos en viajar en junio originalmente. Luego junio llegó a ser septiembre... y septiembre vuelve a ser "quizás octubre", y entre tantas cosas, se nos olvida plenamente.

Lloré y pronto sentí la necesidad de devorar una tableta entera de chocolate de Cadbury´s. El sabor que más me recuerda a inglaterra... ese alimento reconfortante que terminó hace meses (que por cierto, ¡nadie nos puede enviar, porque la oficina de Correos más cercana ha cerrado! pobre de mí... jaja).

Ahora, lo esencial de este asunto es que, nuestra vida aquí este año ha sido un sin-fin de visitas, equipos, avances con el hospital, un plan de parto en un país nuevo (que gracias a Dios, ¡salió perfecto!).... e intentando equilibrar todo esto con buscar el tiempo con nuestros vecinos-compañeros-amigos aquí en Canillá.  Creo que hablo por todo el equipo del ministerio al decir que estamos exhaustos. Sin embargo, todo saldría bien. Ese mes fuera en Europa sería la receta perfecta para renovar nuestra fuerza, pasión, energía y perspectiva... ¿sí o no?

Vale la pena notar que en todo este proceso, estuvimos orando para el tiempo de Dios para este viaje a casa. Así que, mientras me senté con el pasaporte casi caducada en la mano, confesé lo siguiente a Luis:
       Yo dependía de ese viaje para poder descansar, desconectar, etc.
             Pero Dios me decía muy alto y claro que necesitaba buscar el reposo en Él primero.

Nos encanta nuestra vida aquí. Es un gran contraste a nuestra vida previa en Santander, España, pero estamos muy contentos y sabemos que es aquí dónde Dios quiere que estemos ahora. La vida aquí es mucho más tranquila y sana, pero a la vez,  es tan intensa - espiritualmente, culturalmente y emocionalmente.  Eso es lo que nos cuesta tanto explicar a la gente que no conoce aquí.

Este viaje sí tomará lugar. En un momento, más sensato, menos apresurado y no porque necesitamos "escapar". Y mientras he hablado al nivel espiritual, seremos intencionales en tomar un descanso/ mini-vacaciones en el futuro cercano.

El punto es: Necesitamos volver a Dios una y otra vez para conseguir la fuerza, pasión y energía que nos falta. Tiene que ser algo diario. O incluso cada hora... Ese tipo de descanso no se encuentra en tomarse un capuchino en Antigua, o pasear en un centro comercial bonito en la capital. ¡¡Estas cosas sí ayudan!! Pero sus efectos duran muy poco.

Nuestra fuerza se va agotando en los momentos cuando:

-Nos enteramos de otro joven de Canillá que se ha suicidado
-Otra niña de 12 años embarazada llega a la clínica
-Ves un bebé de 1 año que tiene una neumonía grave y satura muy bajo... y sabes que su madre no le podrá llevar al hospital
-Nos ofendamos con algo que nos han dicho, o no nos han dicho
-La comunicación que tiene que cruzar las barreras de cultura y idioma vuelve a cansarnos
-(rellena el espacio con la situación tuya ..............................................)

Y es que la única fuente inagotable de fuerza y paz que yo he experimentado está en Jesús. Y creerme, he tenido que superar muchas lecciones de la vida para aprender esto. Y probablemente volveré a tener que aprenderlo.

La verdad es que es un alivio no tener que planificar un viaje tan rápido. Tenemos muchas ganas de abrazaros y escuchar en persona que ha estado ocurriendo en vuestras vidas... y eso será en el año que viene.  ;)

Para mientras, sigamos entregándole todo a Él, nuestro padre perfecto y dador de vida, y volvamos a girar nuestro enfoque a las cosas que realmente tienen importancia.

...¡a por las fotos!

 Una aventura con las primas, el abuelito Maquey y el tío Francis

 Otro paseo para animar la llegada de Noah! 

 ...y llegó - sin el doble circular del cordón en el cuello - ¡Dios es tan bueno!
 un papi muy feliz :)

 ¡Cómo quieren a su hermanio nuevo!

 ¡Ikey cumplió 2 años en mayo!

 Amor y montañas... vistas de Canillá el valle.

 Un descansito del papeleo en un centro comercial en la capital 

 ¡Joshy cumplió 4 años en agosto!

 ¡Este chiquitín es todo sonrisas y alegría! Noah, con 4 meses.

Celebrando el día de la independencia de Guatemala con una rica comida chapina :p



miércoles, 6 de enero de 2016

¡Un año!

5 de enero del 2015: El día que comenzamos la aventura/ el riesgo más grande de nuestras vidas.

5 de enero del 2016, 3:30am: Me despierto y dándome cuenta que ya hace un año que salimos de España, empiezo a pensar en los muchos cambios de este último año - hermosos, difíciles y a veces dando miedo. Cuerpo, ¿no podrías elegir una hora más sensata para hacer esto? ¿No? Vale, una taza de Cornflakes, boli y papel a mano, ¡es hora de bloguear!



Hace un año - una despedida de sorpresa en el aeropuerto de Santander. ¡No teníamos ni idea de lo que quedaba por adelante!

En los últimos años hay un pensamiento que he tenido muy presente: Dios es constante, nunca cambia, siempre fiel. ¡Qué consuelo este conocimiento me da; y qué agradecida estoy de ella!

Quiero daros una idea de los contrastes y cambios que hemos tenido desde venir a vivir en Canillá:

Casa: 
Hemos cambiado de un piso de 2 habitaciones en la ciudad, rodeada de mucho cemento y ladrillos ... los amigos más próximos a 5 minutos en el coche, el trabajo a 10 minutos, la tele, wifi, agua potable sin límite - todo muy normal y algo que no consideramos en el día a día...
...A vivir en el terreno/base de A.I.M. en un apartamento muy bonito de dos habitaciones, rodeada de espacios verdes, enormes y abiertos - ¡y muchas caras conocidas! ¡Los amigos-vecinos más cercanos a 30 segundos caminando! El trabajo a nuestra puerta. El televisor - algo que usamos para ver dvd's de vez en cuando, el wifi, ¿qué dices? El uso de agua - algo de que estamos súper conscientes y agradecidos.

Amistades:
Antes - Algo que teníamos que programar en nuestros horarios ocupados y muchas veces chocantes. Un whatsapp enviado y planes para ir a tomar un café y pincho/ juntar los niños para jugar mientras nos desahogamos los padres/ una caminata en el parque o en la playa. Divertidas, profundas, significativas y frecuentemente limitadas por el tiempo. Preciosas.
Ahora - Un aspecto de vivir en comunidad que hemos descubierto es que de repente tienes un montón de amigos nuevos.  Algunos vienen y salen demasiado rápidos por nuestro gusto, mientras otros sabemos que llegarán a ser una parte muy estable y leal de nuestra vida. Antes teníamos que hacer un esfuerzo para ver nuestros amigos; ahora los vemos numerosas veces durante el día, sin embargo el esfuerzo tiene que ser mucho mayor si queremos ir más allá del punto de "¿cómo estás?, ¿cómo te ha ido hoy?, ¿qué tal esa reunión? y hacía algo más profundo, hermoso, vulnerable. ¡Ya no hay opción de esconder la cara cuando tienes un día malo!

Iglesia:
Domingos, miércoles, la mayoría de los días por Whatsapp o Facebook. Un edificio físico, una comunidad preciosa. ¡Español! El trabajo determinaba quién podía asistir y cuándo.
Aquí: Re-definida. Parte de la vida diaria. Ningún edificio físico, pero una comunidad de unos 30 (más o menos) misioneros de habla inglesa que viven aquí en Canillá o San Andrés. Nos reunimos mínimo cada martes para alabanza, oración, alguna vez una enseñanza y siempre palomitas para picar... Además de varios otros momentos durante la semana por tiempos de alabanza y oración en la sala de oración. Una parte central de nuestra vida en la cuál el trabajo no interfiere (¡de momento!).
Alabanza en español: Aunque vivimos en un país dónde el español es el idioma principal, nuestra comunidad local habla más el inglés, y por lo tanto, la alabanza está principalmente en inglés.  Muchos vimos la necesidad de una noche de alabanza en español nueva y fresca y ésta ha sido nuestro proyecto/bebé este año. Un reto que nos ha gustado mucho.

Vida familiar:
En España - siempre determinada por trabajo de guardias (turnos) en el hospital. Un bebé en casa, un niño en el aula de dos años. Los embarazos supervisados por una matrona profesional y los partos en un hospital público y muy decente. En Canillá - la vida familiar es lo que determina nuestro horario de trabajo. Tenemos mucho más tiempo juntos y estamos rodeada de gente del mismo pensar, de Dios primero, la familia segundo y el trabajo/ministerio en tercer lugar. Aquí el jardín, la casa y nosotros somos la guardería para los niños. No hay matronas profesionales... nosotros mismos supervisamos el embarazo y tenemos que decidir entre un parto en casa (ó bien, en la clínica - con la suerte de que Papá es médico y hay otros profesionales a mano) o pagamos por un parto en un hospital privado en la capital - los hospitales nacionales no son una opción, ya que las condiciones son muy pobres, hay una demanda altísima y una falta de medicina.

Trabajo:
Influenciaba cada área de nuestras vidas; nos proveía un sueldo constante.
Ahora: sigue siendo algo muy central en nuestras vidas y el motivo del por qué vinimos a Guatemala: nuestra pasión - de servir a los que tienen menos y compartir el amor que Dios nos da. Sin embargo, de alguna forma ya no domina nuestra vida tanto como antes lo hacía. Nuestro dinero ya no viene en forma de un sueldo, sino como nosotros lo vemos, por la provisión de Dios y a través de gente generosa - una lección en humildad y fé en sí misma...

Comida: 
En España: Súper variada, deliciosa, carne y mariscos de alta calidad, pinchos, tapas, y todo lo que Carrefour, Lidl o Mercadona tuviera que ofrecer... y todo a 5 minutos en el coche.
En Canillá: Un sinfín de colores y variedades de frutas y verduras, sin embargo muy pocas opciones de carne y pescado/mariscos. Todos los platos los hacemos desde cero. El mercado es cada viernes y sábado y ¡perdió su encanto con nosotros hace bastante tiempo! Pero si no te apetece conducir 6 horas para ir al Walmart, es la única opción. :)

Para terminar: Hemos pasado por la etapa de novedad/luna de miel y estamos bien metidos en la rutina (mucho más lenta que antes) del día a día. Nos sentimos bendecidos de estar en un entorno dónde es tan natural poner a Dios primero. Nos rodea gente con corazones preciosos y una visión muy parecida a la nuestra. El trabajo, las caras y las amistades cambian constantemente, pero tenemos el mismo Dios, fiel y constante, que nunca cambia.